Wolfenstein: The Old Blood

Unos meses después de haber revolucionado el mundo de los shooters en primera persona, precisamente volviendo a los mismos orígines del géner, Bethesda vuelve a la carga con una nueva entrega de la serie que, bien podría pasar como DLC independiente, porque pese a lo apasionante que es todo lo que vemos o lo que nos cuenta el nuevo juego, es corto, toma muchos recursos de The New Order y juega con las mismas ventajas y defectos que el original.

La idea, por supuesto, es la de recordarnos a nuestro pasado como jugadores del Wolfenstein original. No, no reconoceremos estancias, aunque sí veremos algunos de los elementos que hicieron de aquel juego todo un acontecimiento, incluso por muchos motivos además de crear uno de los estilos de juegos y conceptos que, hoy en día, más de dos décadas después, todavía sigue siendo uno de los géneros más vendidos y favoritos de todo el mundo.

La nueva obra de Machine Games consigue tener mucho más carisma que un DLC al uso. Tal vez por ello, desde Bethesda se ha permitido que esta aventura se juegue independientemente. Porque, hayas jugado o no a The New Order, merece la pena que uno se de un paseo por los pasilos del castillo de Wolfenstein. Ya podrían haber contratado a este equipo de desarrollo para hacer aquel juego con el que nos atacaron desde Activision hace ya unos poquitos años