Análisis de Watch Dogs (PS4)

Si juntamos las palabras 'polémico' y 'videojuego' en una misma frase, a buen seguro estamos haciendo referencia a Watch Dogs. Desde que se presentó, allá por 2012, su nombre ha sido 'trending topic' en los sitios web especializados y entre los usuarios de cada foro. Desde hace ya dos años, cuando todos nos quedamos perplejos ante ese pedazo de nueva IP que Ubisoft tenía entre manos, hasta ahora, cuando cada día servía para que apareciera algo más que venía a 'desmentir' lo visto en su presentación. Por fin, con Watch Dogs ya en nuestro poder, podemos dar fe de que es un señor juego.

Aunque sí es verdad. No es lo mismo que lo que se vio en el E3 2012. Que son comprensibles tantas polémicas y molestias de muchos porque lo que se prometió en su día no es lo mismo que se ve en pantalla. Pero eso no significa que lo que sí se ve en pantalla sea malo, ni mucho menos. Y es que quizá esa presentación por todo lo alto, a priori tan potente y beneficiosa para esta franquicia recién estrenada, ha podido ser justo su principal talón de aquiles.

Porque negar del poder gráfico de este Watch Dogs es una locura. Chicago es, simplemente, enorme. Es una ciudad viva, con decenas y decenas de personas copando sus calles y con unos efectos visuales a la altura de los mejores. Es cierto, inFAMOUS: Second Son luce mejor, evidentemente luce mejor, pero lo hace porque Seattle no tiene ni la mitad de cosas que tiene el lugar donde se desarrolla el juego de Ubi.

Tiene fallos, no pocos y alguno tan visible como un más que obvio popping cuando vamos conduciendo un vehículo. Los coches van apareciendo casi de la nada y se ve que la línea de profundidad no está bien tirada. Pero salvo eso, lo demás luce estupendamente. El modelado de Aiden Pierce es muy bueno, y sus animaciones y movimientos también. Quizá el resto de NPC tengan menos detalle, pero hay tal cantidad de 'ambiente' en las calles de Chicago que quizá fuese mucho pedir... y mucho prometer por parte de Ubisoft.

Lo divertido de ser un 'piratilla'
Pero, como ya dije en su día, este Watch Dogs no tenía por qué ser sólo una cara bonita, que lo es, y tampoco una voz hermosa, que también lo es gracias al inmenso doblaje realizado. Lo que Watch Dogs tenía que ser, ante todo, es un videojuego. Y un videojuego está pensado por y para divertir. En ese sentido, se puede decir claramente que este juego cumple con su cometido. Y lo hace con creces.

Porque qué divertido es ser un hacker. Y qué sencillo lo ha hecho Ubisoft. Con un móvil, y con el botón 'cuadrado' en PS4, se puede hacer de todo. Desde hackear los móviles de la gente para conseguir dinero (lo que se conoce como robar), a ver sus whatsapp o escuchar conversaciones privadas, hasta ir más allá y hacer todo tipo de 'incursiones digitales'. Piratear sistemas informáticos, hacer explotar cosas, mover grúas, protegernos con objetos del entorno y distraer a los enemigos con una llamadita a su móvil siempre y cuando no nos hayan descubierto en algunas de las misiones de las que consta el juego.

Tú eliges cómo jugar
Precisamente dichas misiones son la piedra angular de Watch Dogs, como buen sandbox que es. Y aquí Ubisoft ha dado con la tecla exacta para ofrecer un producto entretenidísimo. No me entrentendré en spoilear la trama salvo decir que engancha y que deja personajes que nos costará olvidar (ojo a la frialdad de Aiden Pierce, protagonista) pero sí quiero hacer hincapié en la cantidad de misiones secundarias y principales que hay. Y sobre todo en el modo de aforntarlas.

Un modo que... directamente, da total y absoluta libertad al jugador. Es el jugador el que decide cómo jugar a Watch Dogs. Si con sigilo, sin usando todos los elementos de hackeo posibles o si directamente hacerlo a lo Rambo y pegar tiros por doquier. Todas las misiones tienen varios caminos posibles, y es el jugador el que elige. El que elige qué, cómo y cuándo hacer lo que quiera hacer. Eso hace que cada partida, cada intento de misión, sea como estar jugando a un juego nuevo dependiendo de cómo queramos superar las dificultades que los enemigos nos presenten.

Coches hechos de adamantio... para hackear mejor
Eso sí, la gran mayoría de ellas suele terminar con una huída. Huída que, salvo que seamos Sonic, se hace en un coche o una moto. Aquí el título de Ubisoft puede flojear un poco, y no sólo por el popping ya citado antes, sino por la total ausencia de realismo en las físicas de cada vehículo. Podemos golpearnos duramente con todo objeto que haya que por más que hagamos es tremendamente complicado que destrocemos el coche... o que nos caigamos de la moto.

Ahora bien, reitero lo de 'puede flojear un poco'. Da la sensación de que Ubisoft no ha querido mostrar adrede dicho realismo, quizá para evitar que estemos muy pendientes de la conducción. Porque Watch Dogs es un un juego de hackear, y desde nuestro vehículo podemos hacer más cositas con el móvil. Apagar o encender semáforos, levantar bolardos, explotar cañerías de humo... todo para despistar a nuestros perseguidores. Por no hablar de piratear helicópteros claro.

La vida pirata, la vida mejor
Porque lo importante es divertirse hackeando. Y la verdad es que... qué divertido es ser un hacker. Podrá tener algún defecto gráfico, podrá no ser realista en la conducción y quizá el online podría estar más trabajado. Pero en fin, entrentener entretiene lo suyo y cuesta dejar el mando. Como también les debe costar a los de Ubisoft creerse toda la publicidad gratis que les han hecho muchos de Watch Dogs y que hacen de esta nueva IP un icono de la industria con una sola entrega. Tal y como les ha quedado, no habrá que esperar mucho volver a estas cosas del hackeo.