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Análisis

Así es Bioshock en iOS

Os mostramos nuestra opinión de la primera incursión de Bioshock en dispositivos iOS, con una casi perfecta adaptación del primer juego de la serie.

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El potencial de las tablets y teléfonos móviles en lo que a procesamiento gráfico se refiere comienza a convertirse en algo que no tiene nada que envidiar de otras plataformas vinculadas con el videojuego. Y esta tendencia está consiguiendo que veamos en las tiendas online para estas plataformas otro tipo de títulos, más cercanos a los triple a de toda la vida. O, en este caso, un triple A que ya tiene el tiempo suficiente como para no ser demasiado exigente gráficamente, pero que demuestra que en un iPad cabe algo más importante en gráficos que un Candy Crash o un Angry Birds.

Bioshock en iOS es casi un regalo divino, la oportunidad de volver a saborear uno de los juegos más importantes de los últimos años. Todo un acontecimiento, que si bien viene precedido del lanzamiento de otros juegos como XCOM, Max Payne o la trilogía de GTA III, nos sirve para comprender en su justa medida lo que puede verse en un iPad sin demasiado esfuerzo.

Por supuesto, la fábula distópica de Ken Levine tiene algún pero que otro. Para empezar, no todas las texturas están perfectamente definidas. Algunas, como la piel de nuestras manos, se ven por encima de la media. Otras, como en algunos momentos el agua y, sobre todo, el fuego, se ven un poco peor. Por supuesto, el todo ofrece un acabado muy pulido y se disculpan los pequeños fallos de partículas como estos.

Por otro lado, el juego, que está subtitulado en castellano, ha perdido nuestro impagable doblaje (sobre todo se echa en falta la voz de Andrew Ryan). Nada que no pueda remediarse al escuchar las inmejorables voces originales.

Por último, y este es tal vez el único problema irresoluble, la jugabilidad tiene las limitaciones que tiene al tratarse del sistema que se trata. Sí, es mejor moverse por Rapture con un mando tradicional que por un complejo sistema de control en una pantalla táctil. Y es que, es complicado hacer todo lo que tenemos que hacer en esta aventura, sin tener algo físico bajo nuestros dedos, hace que llegar al final de esta historia sea una tarea mucho más difícil de lo que recordábamos en su versión de consola.

Sin embargo, como decimos, Bioshock es la prueba viviente de que se puede y de que se debe. Esperemos que sea el primero, pero no el último, de todos los juegos de la generación que ahora acaba que acaben por aparecer de esta forma en formato portátil. Porque, el cambio de pantalla grande a bolsillo es la mejor excusa para rejugar todo aquello que más poso nos dejó. Y disfrutaremos mucho volviendo a sitios que nos dijeron tanto como Rapture.

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