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Análisis

Castlevania: Lords of Shadow 2

La saga Lords of Shadow, dentro de la gran serie de videojuegos Castlevania, llega a su fin. Con este nuevo capítulo, después de haber conocido el pasado y los orígenes de los personajes más famosos de la serie, nos metemos en su futuro. ¿Está a la altura de lo esperado?

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El planteamiento de la serie Lords of Shadow, dentro de la saga madre Castlevania, tuvo su punto de controversia en su lanzamiento. Tomaba el estilo de juego [[LINK:EXTERNO|||http://es.wikipedia.org/wiki/Hack_and_slash|||Hack’n Slash]], con el que había tonteado Castlevania en algunos momentos. Pero lo hacía de una forma más cercana a God of War, más exagerada, menos comedida,  lo que marcaba demasiado las diferencias entre el primer título para PS3 y el resto de la saga. Una distancia que desde el principio fue creando asperezas entre los fans de toda la vida de la serie y el juego. Aunque, en lo que a ventas se refiere, el experimento resultó el más rentable jamás ejecutado con los Belmont de protagonistas.

Un juego acogido con una innecesaria frialdad, tristemente, incluso por los propios medios especializados españoles

Por supuesto, no sólo de ventas vive el jugador. Lords of Shadow también nos aportaba la historia más sólida, la más clara, la más cercana a la forma que tenemos de entender este tipo de historias en occidente. Todo con algunos estilos nuevos, con nuevas ideas. Algo que desde los tiempos de Symphony of the Night se nos negaba con cada nuevo juego de la serie.

Hoy, cerrando la serie nos llega la segunda entrega (tercera si contamos el capítulo intermedio Mirror of Fate lanzado originalmente para Nintendo 3DS) que cierra el círculo y que vuelve a contar con la inestimable ayuda de Mercury Steam, el estudio español creador de la serie Lords of Shadow, para dar el toque de qualité a este broche de oro. Nuestra labor será la de tomar el papel de Gabriel Belmont, al que ya conoceremos como Drácula, el príncipe de las tienieblas, tal y como le dejamos al final del primer juego de esta última serie.

Para los que no conozcan la trayectoria de el estudio español responsables de esta trilogía, un pequeño esbozo de su trayectoria. Este reputado estudio afincado en San Sebastián de los Reyes, comenzó sus andanzas bajo el nombre de Rebel Act Studios. Su primer trabajo bajo dicho sello fue Blade: Edge of Darkness, un ambicioso proyecto que consumió muchos recursos, más de los acostumbrados en la industria española, y que no consiguió compensar los gastos con las consabidas ventas.

Después del lanzamiento de este juego, los verdaderos creadores del juego cogieron sus ahorros y montaron su propio estudio, Mercury Steam, con el que comenzarían su nueva singladura, con juegos de la talla de Scrapland, un juego que tuvo el sello de American McGee en su título, o [[LINK:EXTERNO|||http://es.wikipedia.org/wiki/Clive_Barker%27s_Jericho|||Clive Barker’s Jericho]], un juego de Codemasters que fue lanzado de forma internacional, con el gancho de estar inspirado en una obra original del escritor Clive Barker, al que conoceremos por estar detrás de películas como Hellraiser o Razas de Noche. El tercer juego de la casa sería Lords of Shadow, al que le rodea el mito desde que, un día apareciese el mismísimo Hideo Kojima en sus oficinas del norte de Madrid, para negociar que se encargasen de la realización del nuevo capítulo de la serie Castlevania.

Hoy, por supuesto, el equipo dirigido por Enric Álvarez se ha posicionado estratégicamente en el centro de las miradas de toda la industria del videojuego. Lo que ha conllevado que su último lanzamiento haya sido acogido con una innecesaria frialdad, tristemente, incluso por los propios medios especializados españoles, muy dados a atacar a nuestros propios valores. Sobre todo cuando tienen la suficiente personalidad, como la que ha demostrado con cada trabajo el mismo Enric Álvarez, de nuevo el que se ha llevado de forma injusta gran parte del peso de las críticas que hemos tenido que soportar estas semanas.

Pero, retomemos el juego. En el comienzo de Lords of Shadow 2 andaremos dentro de la fría piel del Señor de la Oscuridad, que tiene que defender su castillo de un ataque. Una introducción espectacular que nos muestra algunas de las pautas que marcarán el resto del juego, con recuerdos sobre cosas acontecidas en el pasado, en las que Zobek, al que vimos en Lords of Shadow, le propone pactos para acabar con los planes de Satán y, ya de paso con su pequeño problema de inmortalidad.

Una vez acabada la introducción comenzamos a encontrarnos las nuevas mecánicas del juego. Entre ellas una de las más criticadas: las fases de infiltración. Ya en el presente, Drácula tendrá que entrar en un complejo industrial, para lo que tendrá que ser cauto. ¿Por qué un personaje como Drácula tiene que andar escondiéndose de simples humanos? Simplemente, la narración nos comunica que tras un largo descanso, no tiene las facultades a pleno rendimiento. Está débil y eso le da a sus creadores la oportunidad de incluir la nueva mecánica. ¿Es un error? Cuando los juegos de Castlevania basan gran parte de su mecánica en la introducción de puzles y la propia fase de infiltración es un puzle que debemos resolver de una única forma, no lo creemos tal. Aquí tienes que moverte con sigilo hacia direcciones concretas y usar maniobras de despiste correctas en otros momentos, así como habilidades para convertirnos en rata o mandar murciélagos. No nos olvidemos, habilidades que se han atribuido a Drácula en múltiples de sus encarnaciones, tanto literarias como, sobre todo, cinematográficas.

En el apartado de exploración es en el que LoS 2 se ve más beneficiado. Para empezar, porque encontramos mucho más territorio por el que movernos. Tenemos la ciudad, tenemos el castillo… Un Castillo muy del estilo Castlevania, lleno de lugares curiosos, de secretos, de estancias con un toque especial. Y, por supuesto, un gigantesco espacio que hará que nos sintamos mucho más cerca del espíritu original de la serie.

Estos escenarios siguen estando muy acompañados por momentos de “corniseo” muy abundantes, algo que ya es habitual en la serie, por los que tendremos que pasar obligatoriamente para conseguir avanzar en la trama o en la búsqueda de los diferentes ítems que se han escondido por todo el escenario para aumentar nuestras capacidades.

El trabajo que han realizado con este último capítulo los chicos de Mercury Steam es notable, como notable fue su contribución a la saga en las dos ocasiones anteriores

 

El sistema de combate se ha refinado, otorgando nuevos movimientos, en sustitución de las “magias” de la primera entrega y algunas armas más diferenciadas que antaño. El resultado es más rápido y más cómodo, aunque se hecha en falta en algunos momentos alguna de las mecánicas del primer capítulo de la serie. El uso de las armas y de los ataques especiales, al igual que en LoS, se consigue recargando sus respectivas barras de energía, o recurriendo a la barra de focus, para obtener beneficios con las ejecuciones que realicemos, como conseguir más orbes para acabar con más enemigos.

Los enemigos, por su parte, lamentablemente han empeorado ligeramente, ya que se puede ver muy pocas criaturas distintas en comparación con el primer LoS. Además de que muchos son simples variaciones de otros anteriores.

Los jefes siguen siendo el mayor exponente de este juego y porque no decirlo, de la franquicia en general. Estos siguen siendo tan espectaculares como siempre. Aunque, se echa en falta la presencia de los titanes a los que tuvimos que enfrentarnos en el primer capítulo. Toda una referencia a los colosos del mítico Shadow of te Colossus.

En muchos momentos, para conseguir vencer a los enemigos, tendremos que improvisar en nuestras mecánicas, buscando una que realmente pueda afectar

Las cinemáticas suelen ser realmente un placer,  ya sean por los escenarios en los que se encuentran o por de por si lo bien expresivos que son los personajes, con actuaciones de voz de apreciable calidad, regresando algunas de las mejores voces del primer juego. Entre ellas, es notable la actuación de Robert Carlyle (Full Monthy) haciendo de un Drácula irónico, imponente y con mucha ira interior.

Así mismo también regresa una gran banda sonora, con algunos temas del primer juego y con otros nuevos con un carácter más actual para el futuro en el que está ambientado, aunque es de mencionar lo recurrentes que son, se oirán tantas veces que uno llegara a pensar hay muy pocas piezas (siendo todo lo contrario), la amplia banda sonora se hará mas de notar en las cinemáticas que a la hora de jugar.

En definitiva, el trabajo que han realizado con este último capítulo los chicos de Mercury Steam es notable, como notable fue su contribución a la saga en las dos ocasiones anteriores. El juego es técnicamente impecable, tiene una banda sonora de infarto, unas cinemáticas espectaculares y la suficiente cantidad de horas de juego, con sus puzles y sus momentos hack’n slash para que uno pueda disfrutar mucho rato. ¿Por qué entonces algunos medios han decidido afilar sus plumas para acabar con el tercer capítulo de la serie? Nuestro deber no es el de analizar a la prensa internacional, si no al juego. Y, por supuesto, el juego no merece un suspenso, ya que técnicamente, artísticamente y argumentalmente ya está por encima de la media. En el resto de los aspectos, que cada uno juzgue por si mismo, y los que se pasaron juzgando, que autoanalicen sus argumentarios. Es probable que ciertas notas tengan otros motivos que no son únicamente los atributos del juego.

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