Análisis
Dungeon Siege III
Llega la tercera entrega de la saga de acción y rol Dungeon Siege, por primera vez para las consolas de la actual generación.
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Hubo una época en la que Diablo consiguió poner de moda el concepto de Action RPG. Y, en aquellos días, todos los juegos que se preciasen, querían parecerse al originalísimo título de Blizzard.
Hoy en día, algunos títulos toman algunos elementos de aquella época: encontramos acción y rol en juegos como Mass Effect (aunque, el referente natural de este juego es más Baldur’s Gate, que es mucho más rolero que Diablo) o, de una forma más directa, en Bordelands. Pero aquella moda dejo de esta de boca en boca y pocos son los juegos que siguieron con la estela de Diablo. Aunque, de todos ellos, si hubo uno que destacó ante todos, ese ha sido Dungeon Siege. El juego, lanzado en principio para PC por Microsoft, pero que ha pasado hasta por consolas portátiles, llega por primera vez a consolas de la actual generación. La tercera entrega de esta saga nos cuenta una nueva historia de equilibrio entre el bien y el mal roto en un mundo mágico. Nuestra misión es la de recuperar a la Gran Legión para que el Reino de Ehb no se suma en las tinieblas. Para conseguirlo, por supuesto, tendremos que vernos las caras, tanto con una espada en la mano, como haciéndonos valer de la magia, con cientos de tipos de villanos, tendremos que viajar por un mundo sumido en la oscuridad y tendremos que conocer a cientos de otros personajes que tendrán cosas que contarnos.
El juego cuenta con personajes complejos y un gran número de subtramas Made in Obsidian
El gran pecado de estos juegos, nso referimos a los Action RPG es que, normalmente, pecan un poco de superficiales, frente a otros títulos de rol más puros, en los que lo importante es la ambientación, los personajes secundarios y la recreación del mundo por el que nos vamos a mover, mucho más que la simple y llana acción. Si comparas un Oblivion con un Dungeon Siege, se pueden ver dos mundos completamente diferentes en lo que a narración se refiere. Ahora, lo que tenemos delante de nuestras narices no es un caso común: es la nueva obra en la que Obsidian ha puesto a disposición de la causa su siempre afilada pluma. Los creadores de juegos como Knights of the Old Republic II, Alpha Protocol o FallOut: New Vegas han puesto toda la carne en el asador para conseguir mejorar lo presente. El juego que tenemos delante de nuestras narices consigue una mezcla mucho más arriesgada de acción y rol de toda la vida. Nos ofrece una historia con personajes ricos en detalles, con muchas variables, con vueltas de hoja y con más subtramas de las que ha tenido jamás un juego de su género.
En este sentido, es de reseñar el punto de vista con el que han dotado los señores de Obsidian a todos los personajes con los que nos tendremos que ver las caras en el juego. Es algo parecido a lo que ofrecían juegos como Dragon Age, de Bioware, pero aderezado con el toque de humor retorcido con el que Obsidian consigue impregnar todos sus juegos. Por supuesto, y como buen juego de rol de nuestros días, habrá un gran componente de decisión trascendental. Tendremos que elegir en muchas ocasiones, y eso podrá afectar en nuevas alianzas, en el propio argumento e, incluso, en la resolución de la historia.
Aparte, este nuevo capítulo de la clásica serie de rol nos llega acompañado de unas cuantas novedades interesantes. Por ejemplo, cuenta con un apartado multijugador que abre nuevas posibilidades cooperativas al juego, acercando aún más el juego a las necesidades actuales.
Todo el producto está rematado con un acabado gráfico y sonoro de bastante calidad. Por supuesto, teniendo en cuenta siempre que el juego ofrece un punto de vista isométrico con el que, difícilmente puedes ofrecer el gran espectáculo de un juego con otro punto de vista.
Un producto más que notable en un momento en el que el rol está volviendo a coger fuelle, ofreciendo cada vez más juegos interesantes. Aunque, claro está, no todos tienen en su cartas de referencias estudios como Obsidian a sus espaldas. Bueno, últimamente casi todos lo tienen…
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