Faith está lista para Mirror's Edge Catalyst

Parkour y estética futurista un poquito new age. Estos ingredientes, ese toque rebelde, contestatario, antisistema, vuelve cuando más lo necesitamos. Porque Mirror's Edge supo ser un juego muy diferente, un título que nos alejaba de ciertos tópicos y que nos daba lo que queríamos, que era un juego lleno de acción y adrenalina pero que no fuese por ello violento y carente de valores. Aquel juego de DICE fue un referente, pero no estaba exento de problemas. Se le podía achacar su corta duración y, por supuesto, que era demasiado lineal y, para tener tejados y grandes espacios de protagonistas, demasiado pasillero.

Para la secuela, al menos para el hands-on que hemos podido disfrutar, DICE ha ofrecido un mensaje claro: saben que su juego molaba por muchos motivos, pero que era francamente mejorable por otros tantos. Y se han puesto manos a la obra arreglando las imperfecciones del original.

La demo de la versión pre-alpha de este juego nos permitía hacer cuatro cosas: una, una misión de recogida de un paquete (que resulta ser una lentilla con un chip que, al ponérnosla, nos permite ver esos puntos de agarre rojos que usábamos en el juego original para saber por dónde ir); la segunda misión era una que, realmente, suponía una carrera para llegar de A a B entre todos los que participábamos en la demo (ojo, una carrera por tiempos, no que apareciésemos todos en pantalla); también había un momento en el que la carrera era con acción, o sea, noqueando a una serie de enemigos que había en el camino.

Todas estas misiones y estas opciones se realizaban de forma aleatoria. Podemos elegir las misiones, podemos decidir el camino, o podemos ir por libre en la ciudad sin ningún objetivo. De hecho, hasta podemos cambiar de dirección en medio de una misión, para tomar una ruta alternativa. Aquí hay más libertad, más opciones.Todo hace pensar que el juego será más grande, porque tendremos más misiones diferentes que realizar y más caminos que andar.

El juego resulta bastante fresco y da un buen sabor de boca en todo momento, resultando más interesante que otras secuelas de corte similar. A todo ello hay que añadir un interesante trabajo a nivel gráfico, subiendo la calidad, jugando con unos brillos y reflejos interesantes y profundizando en la estética clara y algo quemada que se inauguró en el juego original.

En lineas generales, el título tiene pinta de haber hecho los deberes aunque, de aquí a su lanzamiento a finales del próximo febrero, suponemos que podremos ver más (lo que se ha visto es muy pequeño y temprano) como para decidir si va a ser un must have en toda regla.