ANÁLISIS
Sly Collection HD
Vuelve el mapache más famoso de los videojuegos para volver a cometer sus robos más famosos en Playstation 3.
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Aunque ya parezca que no nos acordamos, hace diez años salía Playstation 2 con unas ganas increíbles de comerse el mercado. Y, bueno, de lo que todos tenemos recuerdos es de que se lo comió con patatas. Diez años después queda un catálogo inmenso, faraónico, y que nos dio algunos de los mejores momentos de ocio de las últimas décadas. Por supuesto, adornado con grandes dosis de bodrios de los que, aún todavía, nos preguntamos el motivo de sus misma existencia.
Del primer grupo, por lo menos para el que estas palabras suscribe, quedó muy marcado un juego llamado Sly Raccoon, en el que nos metíamos bajo la piel de un mapache ladrón en sus intentos de convertirse en el mayor ladrón que roba a ladrones del mundo. Un juego divertido, noble, sin tacha, con grandes momentos y que se aprovechaba bien de la moda de crear juegos con Cell Shading, esa técnica que hacía que los gráficos tridimensionales pareciesen dibujos animados.
Pese a que el juego llegó a convertirse en trilogía, desde hacía cerca de cinco años que no sabíamos nada sobre él. Mientras que de otros personajes de la época, como Jak o Ratchet sí que habíamos recibido nuevas secuelas y Spin-offs, de Sly, nada de nada.
Y en ese momento, en el que dábamos por muerto al mapache, Sony comenzó a reeditar sus mejores juegos de aquella generación. Empezando por God of War 1 y 2 y acabando con la trilogía Sly. Una reedición que, todo hay que decirlo, podría pasar por un lanzamiento actual, y además sería de los buenos.
En esta caja maravillosa encontramos cuatro cosas. Por un lado Sly Raccoon, Sly 2 y Sly 3. Por el otro, una colección de minijuegos descloqueables completamente compatibles con PS Move, para que saques más partido aún a la compra. Todo, además, por un precio que no supera los 40 euros. Completamente inaudito.
La calidad de los juegos de la trilogía origina, es algo inaudito. Se ha pasado todo el material a un entorno en alta definición, consiguiendo que el juego se vea maravillosamente. La jugabilidad, por su lado se mantiene a un nivel muy alto. Es algo que no recordamos ya, pero hemos evolucionado ligeramente la forma de jugar (o involucionado, si seguimos las líneas generales de sabiduría de foros de videojuegos). Sin embargo, con Sly no notamos que lo que se jugaba entonces es, mínimamente, diferente a lo que jugamos ahora.
Historias apasionantes, gráficos coloristas, personajes divertidos. Si crees que a los tiempos que corren les falta un poco o todo de lo que acabamos de enumerar, no lo dudes, Sly Collection te da tres tazas de diversión por el precio de, casi, media de las de ahora.
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