Análisis
I am alive
Un survival horror realista y que muestra la verdadera naturaleza del ser humano. Sin zombis, ni cabezas piramidales. Increíble, pero cierto.
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Un hombre está en la Costa Oeste de los Estados Unidos. Ha viajado allí por motivos de trabajo, cuando todo se viene abajo. Una catástrofe natural acaba con la vida tal y como la conocemos. Las ciudades caen abajo, la comida comienza a escasear, no hay electricidad y el agua potable es el bien más preciado. Lamentablemente para nuestro héroe, llamémosle Adam, lo que más quiere en este mundo, su mujer y su hija, están en la costa Este de los Estados Unidos. 4 horas en avión y toda una eternidad para llegar hasta ellas, para saber si están vivas.
Esta es la premisa de I Am Alive, el siempre rumoreado juego de Ubi Soft, la nueva promesa de la empresa gala, el sucesor espiritual de Assasseín’s Creed, que al final ha llegado con una buena, buenísima premisa a sus espaldas, y nada o poquísimo rúído en su caminar.
Nos encontramos con uno de los juegos más interesantes, lo mires por donde lo mires, en mucho tiempo. Sin embargo, interés y espectáculo no tiene por qué ir de la mano. La idea que nos propone I Am alive es la de unirnos a Adam en la última etapa del juego: cuando llega a la ciudad en la que vivía con su familia, encontrándose que nada es como era. Para llegar a los sitios, tendremos que sortear trampas mortales, colgarnos de puentes, trepar por riscos… Nos encontraremos con otros supervivientes que, por supuesto, harán cualquier cosa para seguir vivos. Algunos nos amenazarán si piensan que podemos quitarles algo suyo. Otros nos atacarán, porque si estamos vivos, puede que tengamos munición o, mucho más importante, comida. El juego se convierte en el survival horror más realista de la historia. No podremos trepar sin cansarnos y sin límite como Nathan Drake. Adam se cansará, sus brazos no podrán aguantar infinitamente su peso. Y si forzamos mucho la máquina, podremos lesionarnos. Por otro lado, no tendremos que disparar a todo el mundo para conseguir nuestro propósito. Podremos apuntar, los humanos que siguen vivos después de la catástrofe saben lo que significa un arma de fuego. Siguen vivos después del horror, y quieren seguir estándolo tiempo después. ¿Es tan importante el agua? Juega bien tus cartas, no te acerques demasiado, no te distraigas, y conseguirás que te temas o, al menos, que no se den cuenta de que no tienes balas.
Nos encontraremos con otros supervivientes que, por supuesto, harán cualquier cosa para seguir vivos
En todos estos aspectos, como veis, I Am Alive es perfecto, una obra de arte. Sin embargo, ¿cómo puede un juego con estas premisas salir por sólo unos 14 euros a través de descarga digital? ¿Qué es lo que se esconde detrás de este juego que ha hecho que no se convierta en el heredero del imperio de Ezzio Auditore?
No es fácil saberlo… Desde luego, la experiencia de juego vale más que lo que cuesta. Pero, sin duda, su acabado y algunas impurezas de la jugabilidad, del uso del motor y, sobre todo, de la iluminación, hacen que el juego, tal y como lo recibimos ahora, no pueda competir en un mercado como el que nos encontramos ahora.
Dentro del mundo de las descargas, el juego tiene brillo propio, porque da una perspectiva a los juegos de descarga digital que no tienen gran parte de sus compañeros.
Por supuesto, es una pena que no se haya dedicado más tiempo (aunque ya se retrasó unos cuantos) o que no se haya tenido más suerte en el desarrollo (con idas y venidas de estudios), porque estamos seguros de que, con poco más, hubiésemos tenido una gran joya delante de nuestros ojos.
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