ENTRE MIYAMOTO Y AONUMA
Una apuesta termina dando pie al Zelda más raro de la historia
¿Quién podría pensar que uno de los creativos más importantes de la industria y el ahora encargado de la nueva entrega de The Legend of Zelda acabarían “enfrentados”?

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De la misma manera que Link tenía que luchar en Majora’s Mask contra el tiempo, al bueno de Eiji Aonuma le ocurrió algo similar con el desarrollo del mencionado título, eso sí, no podemos negar que la apuesta dio como resultado no solo uno de los Zelda más extraños de la saga, sino también el más adulto y uno de los más queridos por los usuarios.
Corría el año 1.999 cuando se comenzaban a saber los primeros detalles del que sería el nuevo juego de The Legend of Zelda. Con más de siete millones de copias vendidas de Ocarina of Time, era indudable que el listón estaba cuanto menos más que alto. Los detalles sobre el siguiente episodio de la marca eran escuetos, aunque sí que sabíamos un nombre en clave: Ura Zelda.
Tal y como rezan las leyendas en torno a dicho proyecto, en él estaban involucrados Shigeru Miyamoto y un creativo llamado Eiji Aonuma, siendo éste su primer trabajo en la franquicia. Hasta aquí todo normal, salvo cuando conocemos que Aonuma se “enfrentó” al padre de Super Mario. ¿El motivo? El ahora encargado del nuevo episodio de la franquicia y con lanzamiento en Wii U además de Nintendo NX, no veía con buenos ojos el desarrollo de ‘Ura Zelda’, por lo que explicó a Shigeru la marcha del proyecto.
Éste, sorprendido por la decisión y palabras de Aonuma le propuso un reto: “Desarrolla una secuela de Ocarina of Time en tan solo un año y entonces Ura Zelda será cancelado”. Eiji aceptó el desafió, tanto es así que The Legend of Zelda: Majora’s Mask terminó desarrollándose en tan solo 14 meses, siendo el título de la IP que ha necesito de menor tiempo ha necesitado. Finalmente, y ante el trabajo de Aonuma en su proyecto, Ura Zelda fue cancelado, un juego del que sólo sabemos que se trataba de una pseudo actualización para la plataforma Nintendo 64DD, una máquina que nunca llegó a ver la luz.
Sobre Majora’s Mask ya sabéis el resto. Un Zelda completamente diferente a lo visto anteriormente pero también de forma posterior. Su completo, adulto y dramático argumento lo convierten en una aventura única en la saga; además de una jugabilidad que, dividida en tres días, lo convierten en un juego con un desafío constante. Como curiosidad, mencionar que mientras que la versión para Nintendo 64 de Majora’s Mask necesitó de 14 meses para su desarrollo, la edición para Nintendo 3DS precisó de tres años para llevarse a cabo.
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