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Nuevas incoporaciones

Campanilla y Stitch se unen a Disney Infinity 2.0

Disney Infinity presenta a dos nuevas incorporaciones a  la segunda entrega de la serie de juegos con muñecos reales: Campanilla y Stitch.

Disney Infinity 2.0

DefconPlay Campanilla se lía a golpes

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Hasta la fecha, cuando pensábamos en la nueva entrega de Disney Infinity, sólo pensábamos en la entrada al mundo de juego con figuras reales la introducción de los personajes de Marvel al juego. En el primer tráiler de este esperado videojuego era lo único que veíamos, con especial protagonismo de todos los personajes que entran en el arco argumental de las películas vinculadas con Los Vengadores, con Iron Man, Thor, Capitán América, Hulk, Viuda Negra, Nick Furia y Ojo de Halcón como mayores protagonistas, y con la intervención especial de Los Guardianas de la Galaxia. Aunque, todo hay que decirlo, también con la presencia de Spiderman, aunque anecdóticamente, por aquello de no darle más protagonismo al personaje del que todavía Disney no tiene su control cinematográfico.

Sin embargo, todos sabíamos que, tarde o temprano llegarían personajes algo más clásicos de la compañía. Sobre todo porque en la primera edición tuvimos una carga mayor de personajes Pixar (Los Increíbles, Monstruos S.A., Cars y Toy Story), de nuevas producciones Disney (Frozen, Rompe Ralph y Enredados), de películas Live Action (El llanero Solitario y Piratas del Caribe) y, como extra, de series de animación de Disney Channel (Phineas & Ferb).

Pues hoy Disney ha presentado dos nuevos personajes, no Marvel, no Pixar, no nuevos y no Disney Channel: Campanilla y Stich. Esperemos que sean los primeros, pero no los últimos, que amplíen un poco el abanico de posibilidades de este juego, que, como decimos, se ha centrado tanto en las nuevas licencias, que se está perdiendo décadas y décadas de propiedades intelectuales realmente interesantes. Y, ya que estamos aquí, no estaría de más pedir que lancen una versión de Maléfica, de la original, y no sólo la de Angelina Jolie. Y es que, esta moda de prescindir de malos puramente malvados, empieza a resultar un poco sosa.

 

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