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Análisis

Dead Island

Deep Silver se mete en el infestado género de los survival con zombis elevando el nivel medio con la calidad que ofrece su Dead Island.

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La fórmula Zombi está lejos de acabarse. Esta moda que ha convertido a los muertos vivientes en protagonistas de todo tipo de productos, desde novelas a películas, no muestra el más mínimo agotamiento. Ni mucho menos en el mundo de los videojuegos, donde se han convertido en uno de los elementos más recurrentes de toda la industria. Y, sobre todo, esto sucede de forma más espectacular con títulos como Dead Island, que saben comprender la esencia del mundo de los zombis a la perfección. Para empezar, este juego de Deep Silver toma unas bases, en formato de espectacular decorado, que consiguen hacernos entender perfectamente el horror. Nos sitúa en una isla tropical, con un espectacular resort, en el que los muertos vivientes han tomado la zona. Nos hace visitar varios lugares de la zona, desde las espectaculares playas a los exteriores, para descubrir la magnitud del horror. Y nos muestra un completo recorrido por diferentes lugares claves que, poco a poco, se unirán formando una historia. Y todo mostrando la belleza de un paraje paradisiaco, salpicado en sangre para que veamos mayor contraste con el horror.

Ahora bien, ya decimos que por mucho horror que veamos a nuestro alrededor, cuando pases por una de las múltiples piscinas o playas que visitaremos, ahora que todavía aprieta el calor del verano, seremos incapaces de resistirnos a meternos dentro, para dar un chapuzón refrescante, aunque no podamos sentir nada por aquella tontería de siempre de que estamos delante de una pantalla y no en una piscina real.

Dead Island toma las bases de juegos como Borderlands para crear esta historia de terror playero

Por otro lado, también se ha elegido la fórmula perfecta para representar esta historia. Lejos de crear un juego lineal y que suponga un número limitado de horas de diversión, los chicos de Dead Island han tomado la fórmula Diablo, aunque más similar a la reinterpretación del género que realizó Gearbox con Borderlands. En Dead Island, antes de comenzar tendremos que elegir entre un experto en cuerpo a cuerpo, uno en armas contundentes, otro de armas a corta distancia y otro a larga. Vamos, una elección que mandará sobre la forma de jugar y sobre la que cada uno tendrá que tener bien claras sus preferencias. Una vez elijamos estos pequeños detalles, podrá comenzar nuestra pesadilla. Para empezar, tendremos que encontrarnos con otros supervivientes. El juego, como decimos, está basado en el sistema de misiones y mundo libre de juegos como Borderlands. Dependiendo de las misiones que realicemos, en un principio, se abrirán nuevos espacios de la isla. Cada espacio tendrá, digamos, sus puntos importantes, en los que estaremos a salvo. Y deberemos hacer misiones para las personas que se encuentran en los puntos seguros. Y es que, para ello nosotros somos inmunes, por una extraña razón, al virus zombi y ellos no.

Cada uno de esos puntos seguros de cada zona de la isla tiene un mapa con el que podremos saltar de un lugar a otro automáticamente, evitando que los paseos se conviertan en algo insoportable.

El juego es realmente completo. Tiene su punto de rol, con modificación del personaje, mejora de habilidades por clase y un control absoluto de las armas que estamos utilizando en cada momento. Además, el nivel gráfico es bastante elevado, con una iluminación bastante conseguida y un toque realista de los paisajes que se hace agradecer.

La jugabilidad, por su parte, es lo suficientemente buena como para que no encontremos ningún escollo negativo al que agarrarnos. Es lo que tiene que ser y es lo que se espera de un juego de zombis en primera persona. A veces, si es verdad, que en los ataques de horda, puede llegar a ser un poco menos preciso. Pero nada que vaya a hacer que nos desesperemos. Además, en estos casos, siempre tendremos cerca un remo para dar golpes abiertos a los grupos y librarnos de ellos.

También es de agradecer, y mucho, la integración del juego cooperativo, con el que podremos hacer quedadas hasta de cuatro jugadores para acabar con el mal que acecha en la isla. En estos casos, como es obvio, la diversión está más que garantizada, pudiendo acabar las pequeñas misiones de una forma rápida y más divertida mientras disfrutamos de compañía humana en medio de tanto horror y charcos de sangre.

La enorme variedad de armas disponibles hace más entretenido el juego

Por supuesto, también es de agradecer el uso que se ha dado de las armas en el juego. En un momento en el que comienza a surgir un pequeño atisbo de sentimiento anti shooter, con muchos jugadores declarándose cansados del género, juegos como Dead Island, pese a utilizar la perspectiva, no caen en la reiteración o en la repetición de esquemas que pueden adolecer otros títulos. Aquí usamos las armas que encontramos, todo lo que podamos echarnos encima para apalear, disparar o cortar en pedazos a los muertos vivientes. No es cuestión de munición, es cuestión de resistencia al uso que le vamos a dar. Eso, y que, según avancemos, necesitaremos palos más fuertes para acabar las misiones. Por ello, todos los habitantes no contagiados de la isla nos irán regalando sus más valiosas y contundentes posesiones. Y, con ello, conseguiremos que el juego sea más variado y más divertido.

Después de un tráiler de presentación como el que nos brindó Deep Silver para presentar Dead Island al mundo, cabía la duda de si el juego estaría a la altura de lo esperado. Por suerte, y sin que sirva de precedente, el juego no sólo está a la altura, si no que, además, supera lo que se podía imaginar. Es original, fresco y contundente. Pese a las comparaciones, que las son muy claras, Dead Island se sale con la suya y consigue interés por sus propios méritos. Y lo hace desde, prácticamente, el primer momento que juegas con él. Esperamos que esto signifique más zombis de la mano de Deep Silver en breve. Porque, amigos míos, esto no ha hecho más que empezar.

 

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