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Far Cry Primal: Mundo abierto en la Edad de Piedra

La saga de Ubisoft cambia radicalmente de ambientación en su nueva entrega para viajar a la Prehistoria, dejando las balas atrás, pero conservando su fórmula sandbox.

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Tras el lanzamiento de 'Far Cry 4', la serie de mundo abierto y villanos carismáticos corría riesgo de repetirse si Ubisoft no tomaba cartas en el asunto. 'Far Cry Primal' es el resultado: giro de 180º en la ambientación y 10.000 años de retroceso en la historia para presentarnos a Takkar y la tribu de los wenja, que buscan un hogar seguro en Tierra de Oros. Los wenja no están solos en Oros y deben enfrentarse a sus peores miedos: la amenaza de los izila, pirómanos y los udam, caníbales, pero sobre todo a sus temibles líderes: Batari y Ull.

Como líder de los wenja deberemos de hacer uso de nuestra capacidad para domar bestias para defendernos y lograr construir un asentamiento seguro, algo para lo que será muy importante la recolección, uno de los puntos más importantes en 'Far Cry Primal'. La naturaleza nos proveerá de todas las materias primas que necesitemos para construir munición para nuestro arco, lanzas, garrotes, comida y materiales para construir mejores asentamientos.

Para mejorar nuestra aldea, tendremos que reclutar a los mejores wenja repartidos por todo Oros para que nos enseñen sus habilidades especiales y luego poderlas desarrollar. Ya como parte de nuestro asentamiento tendremos que ocuparnos de mejorar sus cabañas para hacer cada vez una aldea más próspera y más rica en conocimientos. Esto se verá plasmado en las habilidades de Takkar, que tendremos que ir desarrollando para hacer frente a los peligros que esconde Oros, además de mejorar nuestro arsenal, con el que lograremos que los wenja prevalezcan.

Far Cry Primal sigue manteniendo la fórmula adictiva de otras entregas basada en adquirir experiencia, recolectar ítems y usarlos para mejorar nuestras habilidades y volvernos más poderosos. El principal problema del juego radica en las misiones que tendremos que cumplir, que terminan por caer en el simple esquema de “ve al punto A para cazar X animales o conseguir X materiales”. El desarrollo termina por hacerse algo repetitivo durante las más de 12 horas de duración de su campaña. No ayuda el hecho de no contar con modo cooperativo o multijugador.

En cuanto a los combates, siempre podemos optar por el sigilo o por el enfrentamiento directo, y en esta ecuación toman un papel protagonista la bestias que nos acompañan, pudiendo enviarlas al combate cara a cara y nosotros atacar a distancia. En cuanto al combate de melee, el juego presenta ciertas carencias en cuanto a animaciones y físicas, mostrándose demasiado arcaicas, siendo algo que creemos debe ser mejorado en la saga de cara al futuro.

Con 'Far Cry Primal' el interior se mantiene bastante invariable para dejar todo el protagonismo a una ambientación soberbia y realmente original, que nos sorprenderá por su gran variedad de fauna y flora. Tierra de Oros está llena de mamuts, tigres dientes de sable, bisontes y mucho más que podremos cazar o domesticar, pero lo que de verdad importa es sentir que formamos parte de algo vivo.

En un lado de la balanza de este sandbox prehistórico pesa mucho más su acabado artístico que su apartado gráfico. El diseño de escenarios y paisajes luce a las mil maravillas y salva el conjunto por encima del acabado visual que consigue un motor gráfico que parece debe ser sustituido de cara a posteriores entregas. La ambientación sin duda lo es todo en 'Far Cry Primal', algo que Ubisoft ha potenciado con mil detalles, tanto en la interpretación de los carismáticos personajes secundarios como con el idioma wenja artificial, creado para la ocasión.

Far Cry Primal es una experiencia realmente divertida si lo que queremos es perdernos por paisajes salvajes como los primeros exploradores, aunque no esperemos una revolución total en la saga, algo que esperamos llegue con entregas posteriores.

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