ANÁLISIS
Gran Turismo 5
Con mucho, mucho retraso, pero muy velozmente, llega la quinta entrega de Gran Turismo. ¿Está a la altura de lo esperado?
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Es imposible quejarse de prácticamente nada cuando echar un primer vistazo a la nueva edición de Gran Turismo. El garaje del juego está completamente repleto de modelos, de todas las marcas y de las más altas categorías.
Los circuitos muestran un realismo espetacular.
Tampoco puedes decir nada malo, absolutamente nada, cuando te pones a observar la cantidad de circuitos que se ponen a nuestra disposición en GT5. Hasta una veintena de localizaciones han sido incluidas en esta edición (y crecerán a medida que se vayan incluyendo nuevas descargas). Mucho menos podemos quejarnos del honor que supone que hayan decidido incluir un guiño a Madrid, incluyendo un circuito que va desde Cibeles y Sol, y de ahí a la Puerta de Alcalá. Y todo con un realismo de los que quitan el hipo.
Tampoco podemos decir ni mú respecto a la cantidad de modos de juego que ofrece este nuevo Gran Turismo. Porque, después de todo, se han cargado de un plumazo la posibilidad de que alguien haga algo mejor con las competiciones de Nascar y WRC. Ya está todo aquí, y con ello nos podemos dar por algo más que satisfechos.
Practicamente todo, ell acabado de todo el juego, de los coches, el apartado sonoro, todo es impecable. Cada coches es un lujo y cada circuito es un placer.
Sin embargo, no todo son alabanzas. Porque, hasta los más grandes tampoco están exentos de errores. El primero de ellos ha sido tardar cinco años en sacar al mercado un juego que, sí, chorrea perfección, pero ha conseguido crear un aura de desconfianza. Sobre todo, los últimos coletazos han desanimado un poco a la audiencia potencial. Que si bien, el estreno del juego se ha saldado con unas ventas espectaculares, podían haber sido incluso mejores.
El segundo, Gran Turismo sigue vendiéndose como el juego de conducción más realista. Y, es divertido como él solo. Pero no es más realista que otros juegos como Forza Motorsport. Tiene mejores gráficos, todo se ve mucho mejor. Pero a la hora de percibir la diferencia que produce un tipo de neumático en diferentes pavimentos, el juego de Microsoft sigue por delante. Aunque, sinceramente... ¿cuando lo que tienes realmente en la mano es un gamepad, a quién le importa que el grado de realismo no esté del todo refinado?
Por supuesto, ayuda mucho a valorar este juego su enorme abanico de posibilidades, que compatibilizan el juego con su versión para PSP, ayudando a aumentar los garajes de ambos juegos. También ayuda que se incluya el modo autoescuela, el GT y el Arcade, que dan vida a Gran Turismo, haciendo posible que cada uno pueda disponer de su tiempo para jugar a placer. Si tienes media hora, podrás entrar en una carrera rápida. Si tienes toda la tarde, tómatelo en serio, apréndete los circuitos y disponte a ganar todo un campeonato.
Desde que cargas el juego por vez primera, sabes que GT5 es un trabajo de alto nivel. Se muestra como toda una superproducción. No es la obra maestra que a muchos de sus fans les gustaría, pero el nivel que deja es muy alto. Ahora nos quedan por delante otros cinco años esperando a que otro Gran Turismo aparque en la ciudad. Por supuesto, en el camino, al menos, tendremos la oportunidad de darle más vida al presente utilizando su modo online (por cierto, el primer modo online en un Gran Turismo de salón), descargando nuevas opciones y, por supuesto, poniendo el circuito de Madrid a todos nuestros amigos para que digan: “¡Ey, yo he estado ahí!”
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