La cruda realidad de Internet: es más difícil ser streaming de éxito que futbolista profesional

En Neox Games os hemos dado algunos consejos para iniciar vuestra andadura en Twitch o cualquier otra plataforma de streaming, empezando por supuesto por aquellos juegos que resultan más divertidos tanto para el streamer en cuestión, así como para los espectadores. No obstante y como ya habréis imaginado a la hora de comenzar un directo, nadie os asegura que de la noche a la mañana os llueva el éxito.

Un reciente hilo de Twitter realizado por Kilian Arjona ha destapado la cruda realidad del mundo del streamer. Las cifras son ‘desalentadoras’ para todo aquel que quiera iniciarse en la plataforma en vistas de lograr una fama de un día para otro. ‘El 90% de las emisiones de Twitch en español tienen un total de 3 o menos espectadores de media’, destacaba el usuario en Twitter.

‘Tener una media de más de 6 espectadores a lo largo del mes te coloca entre el 5% de los canales más populares. Tener más de 29, entre el 1%’, señalaba. Y es que los usuarios de la plataforma se han disparado tanto en forma de espectadores que se aglutinan en canales como el de Ibai o Rubius; pero también a la hora de retransmitir siendo complicado alcanzar cierta visibilidad.

Pero, ¿qué ocurre con aquellos streamers que trabajan en Twitch retransmitiendo sus partidas o cualquier otro tipo de partida? Los números tampoco son muy favorables. Existen una media de 30.000 canales ‘profesionalizados’, es decir, emitiendo cinco días a la semana, durante ocho horas al día. ‘Únicamente un 5% tiene una media de más de 45 espectadores. El 75% de esos canales tienen menos de 6 espectadores de media al mes’, destaca Kilian.

Él mismo se encarga de lanzar un mensaje que debe ser tomado en cuenta para todos aquellos que deciden dar el salto a la plataforma con vistas a la profesionalización: ‘pensadlo bien antes de dejar vuestra carrera para comprar una cámara chula y luces LED para vuestra habitación. Tener éxito en esto es igual de difícil (o más) que llenar un auditorio para que la gente pague por verte hablar’.