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EL PODER DE LA GRAN N

Nintendo 64: La consola con los cartuchos más potentes

Tras el supremo éxito que supuso SNES, Nintendo esperó más que sus competidores para lanzar su siguiente consola. Para ofrecer, con N64, la máquina más potente del mercado que doblaba en potencia a Satur y a PlayStation. Ahora, con los juegos de la 64 bits de Nintendo cerca de llegar a la Consola Virtual de Wii U, echamos un vistazo a todos los juegazos que tuvo y a la principal razón de su fracaso: el cartucho.

Nintendo 64

agencias Nintendo 64

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Corría el año 1995 cuando en Europa llegaba la por aquel entonces 'next gen'. Con Atari, Philips y Panasonic teniendo sus respectivas máquinas ya a la venta, le tocaba el turno a Sega que, por julio, lanzó al mercado su Saturn con el objetivo de romper el imperio Nintendo. Y en septiembre fue Sony la que, aprovechando lo aprendido con los de Kyoto, ponía en liza a una PlayStation iniciando un camino que todos sabemos cómo fue.

¿Pero qué pasaba con la Gran N? Pues estaban tranquilos, preparando un auténtico maquinón que superaría en potencia a todos sus competidores mientras SNES seguía sorprendiendo a todos con la saga Donkey Kong Country. En 1996 llegaría el momento, el momento de que el mundo viera en qué se había convertido esa Ultra 64, esa consola que se llamaría finalmente Nintendo 64 y que contaba con un poder que por aquel entonces sólo Nintendo era capaz de ofrecer.

Un poder puro de 64 bits, duplicando en potencia a PlayStation y Saturn. Un poder que quedó mostrado desde el primer momento con Super Mario 64, la nueva aventura del fontanero. La inolvidable aventura de un personaje que alcanzó el cénit y que demostró cómo se debían hacer las cosas para un juego de lanzamiento de una consola. A día de hoy sigue siendo sino el mejor uno de los tres mejores títulos que acompañaron a una máquina en su salida.

Y no es para menos. Toda una demostración de intenciones y de fuerza dio Nintendo con él. Un entorno en 3D que nunca se había visto hasta ese entonces. Una jugabilidad a prueba de bombas. Unos entornos inolvidables y una diversión ilimitada. Todo eso mientras buscábamos libremente las estrellas para rescatar a Peach de las garras de Bowser. Todo mientras nos adentrábamos en aquellos míticos cuadros en los que todo lo que hubiera dentro era mágico.

Rare y el cuarto jugador
Qué mejor carta de presentación que esa. Qué mejor que contar también con Rare en plena forma, con ese inmenso Goldeneye. Con Banjo Kazooie y Banjo Tooei, Con ese espectacular Jet Force Gemini. Y con el casi perfecto Perfect Dark. Qué cantidad de juegazos dejaron para la 64 bits. Porque si James Bond fue un auténtico espectáculo, lo del juego de Juno y su acción en tercera persona, y lo de Joanna Dark evolucionando el concepto de shooter, fue de otra galaxia.

Como su multijugador. Porque claro, Nintendo 64 no sólo era potencia. Era también experiencia colectiva gracias a ser la primera consola que de fábrica te venía con cuatro puertos para mandos. Así que disparos en pantalla dividida en cuatro. Y no sólo eso, sino que también hubo carreras y peleas a cuatro bandas gracias a Mario Kart 64 y al que comenzó una de las franquicias de más éxito de Nintendo.

Sí, estamos hablando de Super Smash Bros. El fontanero tuvo mucho trabajo entre coches y luchas, y tanto uno como otro resultaron ser dos de los mejores juegos de la consola. Además, tampoco hay que olvidar a Mario Party, que a pesar de la reiteración de sus conceptos en la actualidad, en N64 supuso el comienzo de los 'party games'.

El poder dorado de la Trifuerza
Pero hablar de N64 es hablar obligatoriamente de The Legend of Zelda: Ocarina of Time. El juego que a mí personalmente me vendió la consola con la que de momento más he disfrutado. El juego que, para muchos, es el mejor de toda la historia. Y para mí, desde mi más humilde opinión, también lo es. Un título único, irrepetible, que supo llevar a la franquicia todavía más lejos que con A link to the past. Un salto brutal a las 3D que nos llevó a la más inolvidable Hyrule.

La palabra prefección es la que más se ajusta a este juego. Largo, divertido, con una buena historia. Y una jugabilidad, sencillamente, perfecta. El botón Z se convirtió en la fuente de inspiración de otros muchos juegos para marcar el objetivo en las peleas a espada. La asignación de objetos al botón C, también. Y muchas de las aventuras modernas tienen como base este Ocarina of Time. Este juego que, hasta la llegada de Skyward Sword, contaba el origen de una de las franquicias más respetadas de la industria.

Tanto fue así, tal fue el éxito de Ocarina tanto en crítica como en acogida, que Nintendo lanzó dos años después su continuación directa con el nombre de Majora's Mask. A pesar de que en un principio no tuvo tan buen arranque como su predecesor, con el paso del tiempo ha envejecido de tal forma que para muchos es el mejor juego de la franquicia. El más oscuro sí es, y el más raro e inquietante también. Un reloj interno, el uso de las máscaras y una historia que a día de hoy sigue siendo un misterio son sus bazas. Bazas que hacen que se pida un remake para 3DS... que se lleve pidiendo desde hace mucho un remake para 3DS.

La potencia sin control...
Ese cartucho ya eran 256 megas de oro puro. Pero los hubo incluso más 'pesados'. Porque si antes mencionamos a Rare sin decir palabra sobre Donkey Kong 64 es porque es ahora cuando toca hablar de sus 512 megas. Es ahora cuando hay que recordar cómo Capcom metió en un solo cartucho de ese tamaño los dos discos de Resident Evil 2. Increíble, pero cierto. N64 era capaz de hacer el doble con la mitad que sus competidoras.

Pero el precio del cartucho también era el doble que el del CD, tanto para producirlo como para el usuario. No era raro ver juegos, como el propio DK64, que rondasen las 15.000 pesetas de la época. Tanto fue así, tan polémica fue la decisión del formato para N64, que Square dijo 'no' a llevar Final Fantasy a Nintendo y todos sabemos lo que supuso esa saga para PlayStation. Que se perdieron gran parte de las alianzas que los de Kyoto tenían con unas third parties que tomaron todas rumbo a Sony para hacer de la PSX la dominadora de esa generación.

Tardía y mala fue la respuesta de Nintendo para poner el CD en su consola, con un aparato que se llamaba 64 DD y que no vio casi ningún juego... salvo la edición Master Quest de Ocarina of time y alguno otro más. Y es que el cartucho, que tantas alegrías dio a Nintendo con SNES, fue lo que terminó por llevarse por delante a la consola más potente de la época.

Y ahora, rumbo a Wii U
Por eso la máquina con la que Nintendo pretendía dar un golpe sobre la mesa para monopolizar la industria se pegó un completo castañazo a pesar de la grandísima cantidad de juegazos de nivel como los nombrados y como otros del tipo Wave Race 64, 1080, Paper Mario y demás. Ahora, tras 18 años de su lanzamiento, los juegos de la gran N64 ponen rumbo a la consola virtual de Wii U. Me pregunto si podremos ver de nuevo ese mítico Superman 64...

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