¡IMPERDONABLES!
7 pecados que los videojuegos cometen en 2016
Los juegos actuales gozan sin lugar a dudas de apartados visuales de auténtico escándalo, propuestas multijugador entretenidas, entre otros elementos, pero dejando por el camino factores muy importantes que en los últimos años se han repetido demasiado.
Publicidad
Ni los propios videojuegos se libran de pecar. Aunque no vamos a entrar en la polémica de mencionar algunos de los títulos que enviaríamos al mismísimo infierno - y creednos que la lista es cuanto menos larga - si que hablaremos de algunas de las características que parecen ser afines a muchos de los juegos que encontramos a lo largo y ancho de 2016. ¿Casualidades o simplemente moda pasajera que explotar hasta la saciedad?
Mundos abiertos
Dicen que no hay que confundir la velocidad con el tocino, pero en el caso que nos ocupa el tema se las trae. No pocos estudios han entendido que al encontrarse con máquinas más potentes que las vistas en la generación pasada era necesario crear aventuras más grandes, pero claro, por también con escenarios más vacíos, historias que ni fu ni fa, entre otros detalles que el sólo hecho de escuchar “anunciado nuevo juego de mundo abierto” nos da auténtica pereza.
Juegos sin terminar
Todo un clásico de la actualidad, y no queremos señalar a nadie, ¿verdad Ubisoft? El cachondeo que nos dejan lanzamiento tras lanzamiento bugs, glitches y jugadores que aprovechan todo tipo de trampas para beneficiarse genera en nosotros una total descofianza a la hora de adquirir nuestro juego en su día 1. Parches e inclusive correcciones por partes de los usuarios están siendo la tónica habitual durante 2016, un ejemplo, The Division.
DLC y pases de temporada
Este apartado bien podríamos meterlo en el anterior, pues a fin de cuentas un DLC en no pocas ocasiones transmite la sensación de ser un contenido directamente cortado del juego original y puesto aparte para su venta. Por desgracia, además de la fecha de lanzamiento y el tráiler de turno, las compañías consideran que es de vital importante también presentar el Pase de Temporada que, muchas veces, debemos de adquirir a ciegas, sin saber incluso su contenido. ¿Es o no para mandarlos al infierno?
Cierre de servidores
No hay sensación más molesta que adquirir un juego con toda nuestra ilusión, atendiendo en especial a su vertiente online con la idea en mente de que pasemos en él muchos años. Simple y llana utopía. El caso más reciente de servidores lo encontramos en PES 2015, sin olvidarnos de NBA 2K, obras que con apenas dos años desde su lanzamiento o menos, deciden pasan a mejor vida la modalidad online.
Pagar para jugar online
Si antes hablábamos de utopías, la que nos ocupa se lleva la palma. ¿Os imagináis un mundo en el que no se requiera de suscripción para poder disfrutar de partidas multijugador. Seguid soñando, o al menos en consola claro. Xbox Live mantiene su tipo desde la pasada generación, pero con PlayStation 3 Sony se ganó a no pocos usuarios gracias a que no se precisaba de pago mensual para títulos como Call of Duty, Battlefield o FIFA. Todo son ventajas, pensaron los jugadores… pobres ilusos.
Descargas interminables
Con el poco tiempo que disponemos los jugones a día de hoy para disfrutar de nuestros títulos favoritos, sumad también a la lista la falta de sueño. ¿Buscáis un rato al día en el que poder echar una cabeza? Poned a actualizar vuestra consola o juego favorito. Nos parece genial que los estudios se preocupen por la llegada de contenido gratuito o la solución de bugs, pero ¿es realmente necesario que nos comamos parches de hasta 17GB? Se han dado casos en los que inclusive la propia actualización pesaba más que el juego.
Demasiado fáciles
Tampoco estamos exigiendo encontrarnos con modos en los que asomar la cabeza suponga un auténtico quebradero de cabeza, pero es innegable que a día de hoy la gran mayoría de juegos se han convertido en un paseo por el campo. Hay excepciones, claro, Dark Souls 3 por ejemplo, pero inclusive From Software ha sucumbido a hacer de su saga estrella un título más asequible que los anteriores.
Publicidad