Polis y cacos a lo loco en las primeras partidas a Battlefield Hardline

No vamos a engañarnos. La prpuesta de Visceral Games para hacer un juego en el que polis y cacos compitan en medio de una situación crítica es divertida. Unos malos tienen que llevarse en contenido de un furgón blindado y los otros tienen que evitarlo. Vale, hata aquí todo bien. El juego es guay. Pero la sensación de caos y de poco realismo del juego le pesa a la beta que hemos podido probar del nuevo juego de EA Games.

Puntos positivos: reconocemos el barrido de Los Angeles que se representa en la acción. También resulta positivo que puedas elegir prácticamente de todo a la hora de ponerte en faena: armas, vehículos y todos los componentes que necesites para hacer el loco en la detención del golpe o en la ejecución del mismo. Y, bueno, es rápido y, por lo tanto, divertido.

Ahora, los puntos negativos también existen. Tenemos un decorado muy pequeño, que hace incómodo jugar por las constantes penalizaciones por salir del terreno de juego. Los decorados se muestran vacíos y locos. Y la sensación de no estar haciendo nada de verdad es un poco abrumadora.

¿No sería mejor emular un atraco de verdad, con sus ciudadanos, su tensión, su drama humano? En su lugar encontramos un juego en el que sólo están los implicados, en una ciudad completamente muerta y en el que policías y ladrones usan armas algo exageradas y se dedican a atropellarse una y otra vez.

Por otro lado, la beta todavía no muestra un nivel de calidad que sintamos realmente como parte de lo que reconocemos como habitual para una serie como Battlefield. Los decorados parecen chulos, pero los personajes y vehículos se muestran como algo atascado y no evolucionado de la última generación de consolas.

Es una lástima que se haya mostrado una beta con estas limitaciones, porque, en líneas generales, da un punto de vista bastante, seguramente, equivocado, de lo que finalmente será el juego final. Todavía hay tiempo para que veamos nuevas demos del juego en las que se ofrezca un producto más acabado y coherente, que nos haga encontrarle la magia a un juego que consiguió deslumbrarnos con su simple anuncio.