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Análisis

Resident Evil: Revelations

Capcon ha tirado la casa por la ventana para ofrecernos uno de los mejores videojuegos creados para una consola portátil.

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El día en el que Nintendo 3DS fue presentada en sociedad se hablaba de un juego que la acompañaría casi desde el comienzo: Resident Evil Revelations. Muy a nuestro pesar, esta joyita se ha demorado un poquito en su estreno. Pero, seamos francos, pocas veces la espera ha sido tan fructífera.

El nuevo videojuego de Capcom parece haber aprendido mucho de los errores cometidos en el pasado. Tras lo que era una aventura loquísima sin demasiada base argumental y planteamientos que sobrepasaban el calificativo de pregrinos titulada Resident Evil 5, tocaba pararse a pensar qué hacer con la franquicia. Sí, los zombis, infectados y la BSAA podían seguir formando parte de la cultura videojueguil, pero… ¿cuántas veces más podría soportar el público que los villanos fuesen paisanos enanos napoleónicos del Bierzo que rezan a dioses paganos (como el resto de los españoles) y que se convierten en calamares gigantes como pudimos ver en Resident Evil 4? ¿Seguiríamos aceptando libremente los dragones en juegos de zombis?

La nueva aventura sigue dando la espalda a los zombis originales. Pero muestra que ha aprendido a coger todo lo bueno de la saga.

Para empezar, da un peso mucho mayor al argumento de lo que le han dado otros juegos similares. Aquí, tendremos que interpretar a Jill Valentine, en principio, en su búsqueda de Chris Redfield, que ha desparecido en un barco que flota en la deriva.

Una vez dentro, descubriremos que nada es lo que parece, y pasaremos por interpretar a varios personajes, daremos vueltas y vueltas por el barco, viajaremos al pasado para descubrir los orígenes de la historia e, incluso, seremos víctimas de más de una tomadura de pelo argumental que nos abrirá la boca.

Cada dos por tres, acentuando el toque cinematográfico, asistiremos a impresionantes cinemáticas que ayudarán a que el argumento resulte, si cabe, más atractivo.

Otro de los grandes aciertos del juego es su componente técnico. El juego se muestra espectacular en la pequeña pantalla de nuestra Nintendo 3DS. Tanto si eres de los que prefieren meterse en la partida en modo 3D, como si pasas de ello para jugar en 2D, lo que verás en la pantalla, más que nunca, te demostrará que la generación de Nintendo DS ha pasado, para dar lugar a algo más sofisticado.

Por último, sin meternos en el más que notable doblaje, el primero en un Resident Evil, o en la increíble banda sonora que hará que saltes en tu cama (este juego debe ser jugado obligatoriamente en la cama, de noche y con unos buenos auriculares), es también importante hablar de otro aspecto interesante: la novedad que supone en el control la introducción del “Botón deslizante Pro”. Esta opción, que se estrena con este videojuego, resultan realmente interesante. Por un lado, nos ofrece un control mucho más parecido al que cabría esperar de un juego de la actual generación, al introducir un segundo stick, así como dos gatillos adicionales. Sin embargo, la decisión de implementar este segundo stick de forma tardía, y no en el diseño de la consola, también crea nuevos problemas. Y con esto no nos referimos al pesado y aburrido debate sobre política empresarial que todo el mundo parece querer mantener desde que se anunció este lanzamiento. Siendo realistas, empíricos y habiendo acabado el juego con el botón deslizante vemos que el control es sencillo y suave. Pero, también, vemos que algunas de las funciones en algunos de los tipos de control, se vuelve incómodos. El antaño botón / gatillo derecho se usa para realizar algunas funciones. Lo cual hace que con el dedo índice de dicha mano debamos controlar tres botones. Precisamente, en el lado que hemos perdido mayor alcance, al estar situado en él el nuevo stick.  Según el tamaño de mano que uno tenga, este “dispositivo” puede hacer que todo esa más cómodo y esté mejor situado o, en el caso contrario, para las personas con manos más pequeñas, puede resultar incluso molesto en partidas más largas. A ello hay que sumar el peso añadido al conjunto, que puede llegar a cansar las muñecas.

En todo caso, la experiencia merece la pena. Es interesante ver cómo algo como Resident Evil: Revelations cabe en una consola portátil. Y no nos referimos sólo a la complejidad técnica. Es más a un proyecto de esta envergadura. A un juego que no tiene, en muchos aspectos, nada que envidiar (si acaso al contrario) a sus hermanos mayores. Se nota un cambio importante en la forma de entender los pesos pesados para las consolas de bolsillo. Algo de madurez también. El tiempo nos dirá si los videojuegos portátiles serán siempre tan cualitosos, o si volverán con el tiempo al viejo redil de la inmadurez.

 

 

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