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Análisis

Total War: Shogun 2

Total War celebra su décimo aniversario con la segunda parte del juego original: Shogun.

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Aunque a muchos les cueste ahora creerlo, hubo una época no muy lejana en la que los juegos de estrategia en tiempo real eran lanzamientos de primera línea y no productos para público especializado como parecen en estos tiempos que corren.

En aquellos años, hace algo más de una década, títulos como Age of Empires se veían las caras en las tiendas con Starcraft, Warcraft, Rise of Nations, [[LINK:EXTERNO|||www.commandandconquer.com|||Command & Conquer]] y muchos otros títulos que no merece la pena recordar, entre otras cosas porque no consiguieron pasar a la historia.

Cliquear en pantalla, seleccionar tropas con un lazo y mandarlas a la batalla eran actividades que se realizaban diariamente en las casas de los grandes jugones de aquellos finales de los 90.

De aquella época es un juego que hoy en día puede considerarse clásico, pero que no consiguió calar demasiado en el mercado en sus primeros pasos. Nos referimos a Total War: Shogun, un videojuego que EA lanzó a finales del pasado siglo (que por cosas del destino distribuía los juegos de The Creative Assembly en aquellos tiempos). Esta nueva serie mostraba un punto de vista completamente nuevo frente a todo lo que se veía juegos tras juego de su género. En lugar de repetir esquemas, intentó crear su propio estilo, llevándonos al mismo suelo de la batalla.

Después de Total War: Shogun, y ya en manos de Activision los primeros y de Sega los últimos, salieron Medieval, Rome, Medieval 2, Empire y Napoleón. Cada uno de los nuevos juegos nos mostraba unas guerras y unos momentos históricos concretos. Y, con cada entrega, nos encontrábamos numerosas novedades, que si bien respetaban siempre la esencia del clásico, mejoraban la sensación de juego para los veteranos generales que habían visitado ya las grandes batallas de la historia al lado de esta saga.

Para celebrar que Total War nació hace 10 años, sus creadores pensaron que no había mejor regalo que volver a retomar sus orígenes. Volverían a lanzar un Total War: Shogun, pero mejorándolo con todo lo que habían aprendido durante el paso de esta última década. O, por qué no decirlo, tocándolo con todos los adelantes tecnológicos que hoy en día son posibles.

El resultado es el juego que hoy tenemos en nuestras manos, Total War Shogun 2, o la recompensa a toda una vida realizando un trabajo impecable. Lo curioso es que, cuando somos nosotros los que deberíamos homenajear a los chicos de The Creative Assemble, son ellos los que nos hacen el regalo a nosotros.

Total War: Shogun 2 nos pide que nos convirtamos en uno de los 10 aspirantes al poder en el Japón del siglo XVI

Lo que nos ofrece, a grandes rasgos, este juego es convertirnos en uno de los diez aspirantes al liderazgo del Japón feudal. Nuestra misión, llevar a nuestro pueblo a lo más alto del futuro imperio nipón, a través de sabias decisiones diplomáticas, políticas y, sobre todo, militares. Tendremos que realizar todo tipo de tratados económicos, que nos den poder, influencias y recursos para nuestras guerras. También tendremos que entrenar a nuestras tropas, hacer que nuestro ejército sea el mejor y, para el, necesitaremos también grandes generales… En los momentos en los que el honor no sea suficiente, también podremos mandar espías y asesinos entre las filas de nuestros enemigos… Y todo mediante intensas batallas en las que podremos movernos como si estuviésemos en un juego de acción en primera persona.

A lo que ya conocíamos de juegos anteriores de la saga Total War se les une una notable mejora en la respuesta a los cambios climáticos en la batalla Además, se ha incluido una potente enciclopedia que resolverá cualquier duda que tengamos en la cabeza.

En general, la gran mayor parte de los cambios o mejoras de este juego, respecto a todos sus anteriores, vienen dados por la adaptación completa que se ha realizado al marco temporal y cultural del Japón Feudal. La estructura militar es del Japón de aquellos días. Hasta los asedios son diferentes, por el cambio de la arquitectura militar en las islas del Imperio del Pacífico, debido a los terremotos constantes que sufrían sus edificios históricamente.

De la nueva obra de The Creative Assembly destaca el impecable rspeto por la historia y su ciudado por los detalles

En lo que respecta al modo online, muchos más halagos y piropos para The Creative Assemble. Desde la web del juego nos permitirán seguir nuestros progresos, realizar invitaciones, seguir los pasos de nuestros conocidos. Podremos revisar nuestro avance por el mala multijugador desde cualquier parte. Y veremos nuestro espectacular avatar fardando de armadura. El modo online, definitivamente, se muestra como una herramienta multidisciplinar que llevará el juego a expandirse de una forma social. Nos permitirá disfrutar, medirnos con rivales de todo el mundo y hacerlo con continuidad. Nada de pachangas rápidas. Aquí lo suyo es labrarte una fama como gran general aspirante al Shogun. Por supuesto, no hay que temer entrar, esperando que todo sea una lucha encarnizada. El juego sabe quién tiene delante y nos pondrá retos a nuestra medida. Y si las cosas nos parecen difíciles, no hay problema. Con un poco de esfuerzo conseguiremos mejorar nuestras estadísticas y seguir disfrutando de los nuevos retos que Total War nos tiene reservados.

En general, el resultado de este retorno a la época feudal japonesa es tremendamente satisfactorio. Nos encontramos con n juego perfectamente acabado, que ofrece un aspecto visual increíble, grandes dosis de diversión, multiplicadas por las numerosas posibilidades y funciones que debemos acometer… Y todo mientras tienes, además, la certeza que todo se ha realizado con un amor increíble y con un respeto escrupuloso hacia lo que marcan los libros de historia.

Parece imposible eso de aprender jugando. Pero, amigos míos, aquí es lo que se hace. Ni más, ni menos.

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