World of Warcraft: vida y milagros

Sí, Blizzard celebra el décimo aniversario de uno de sus hijos favoritos. Vale, no es una familia muy numerosa, y la verdad es que parece que quiere a todos sus hijos por igual (menos a nuestro amado Lost Vikings, que no terminan de devolvernos). Pero, vamos a lo que vamos. Han pasado diez años desde que la compañía se plantase en el sector de los juegos de rol persistentes online para echar a todos los que había allí (Ultima Online y EverQuest eran los baluartes del género en aquella época y, ¿quién se acuerda ahora de ellos?). Uno de los regalos de cumpleaños para el juego, que comienza este mismo mes una nueva etapa en su vida con la expansión Warlords of Draenor, es todo un documental en el que se ven los prolegúmenos a su lanzamiento en 2004, así como sus primeros pasos y a dónde ha llevado la industria del videojuego.

Es curioso, porque sabemos que no fue el primero juego del género (tampoco Starcraft o Warcraft eran los primeros juegos de estrategia real) pero consiguió que todo el mundo lo tomase como referente y que muchos pensasen que aquello era un negocio al que todo el mundo estaba invitado. Lamentablemente para todos los que intentaron hacerse un hueco o robarle el trono al juego de Blizzard, acabaron realmente olvidados.

Hoy en día, los MOBA y juegos F2P parece que quieren quitarle algo el lustre a World of Warcraft. Pero, pese a que las cifras digan que cada día hay menos jugadores, el juego del enfrentamiento entre la horda y la alianza sigue marcando un antes y un después, y sigue siendo un negocio redondo.

Pues eso, que para homenajear al más grande entre los más grandes, os dejamos con un pedazo de su historia. Una de las más grandes que tenemos el placer de haber vivido los verdaderos amantes de los videojuegos.